top of page
Buscar
  • Foto del escritorMonica Valencia

Comentarios sobre la película “The Lost Daughter”

La actriz Maggie Gyllenhaal debuta en la dirección con la película La hija oscura (The Lost Daughter), la adaptación de la popular novela de Elena Ferrante. A pesar de que asegura que la novela la “perturbó" cuando la leyó por primera vez, parece haber superado la tentación de juzgar a Leda, el personaje central. En cambio, su intención fue explorar una gama de sentimientos en relación a su rol como madre e hija. Esa actitud de curiosidad benévola que elimina el juicio, facilita explorar los diversos y contradictorios sentimientos del personaje. En el momento que juzgamos, nos alejamos de la persona que tenemos enfrente y nos protegemos de sentimientos que frecuentemente también, de un modo o de otro, nos causan ruido porque son parte de nuestras vivencias.


Gyllenhaal puso en escena sentimientos presentes en la maternidad. Su propósito parece ser investigar el significado de una frase provocativa que pronuncia Leda: "soy una madre antinatural". “¿Qué significa eso? Leda es una mujer divorciada de 48 años, que abandonó a sus hijas por 3 años. Una actitud tan extrema parece poner el lente de aumento en los sentimientos naturales de la maternidad que frecuentemente son escondidos, como lo son la desesperación, el cansancio, la necesidad de tener un espacio y una existencia propia.


La historia abre una discusión sobre el dilema que enfrentan las mujeres, al tener que ajustar sus expectativas a las de la sociedad patriarcal. Pareciera que hay un paralelo entre el intento del personaje principal de dirigir y buscar su propio camino y el de Gyllenhaal, que se alejó de una posición donde era difícil incluir una marca propia en los personajes que interpretaba. En ocasiones, tal como lo contó en una entrevista, tenía que endulzar su petición para lograr la libertad interpretativa que buscaba. Ahora en su rol como directora, procuró dejar en libertad a los actores para que pusieran su sello en sus representaciones, lo que sin lugar a dudas le añade profundidad a la película.


La escena inicial muestra a Leda caminando con dificultad hacia al mar y una mancha en su camisa evidencia que está herida. Al llegar a la orilla del mar se cae. En la siguiente escena, Leda aparece conduciendo un carro, mientras mira feliz por la ventana.


Después vemos una primera interacción de Leda con Lyle (Ed Harris), el cuidador del apartamento que ha alquilado para sus vacaciones. Lyle la ayuda con su equipaje notablemente pesado, pareciendo indicar que el peso que carga Leda es también emocional. Intenta coquetear con Leda, pero ella muy ensimismada lo rechaza.


La académica Leda (Olivia Colman) decide irse de vacaciones a una isla en Grecia. Allí una bulliciosa familia del Bronx acaba con su tranquilidad. Específicamente la llegada de Nina y su pequeña hija Elena, la obligaron a afrontar recuerdos sin resolver. A partir de ese momento se produce un juego constante de dualidades que funcionan como espejo y contrapunto: dos muñecas, dos niñas que lastiman a las muñecas , Nina y Leda en el presente, Nina y la Leda del pasado.


Se trata de un sentimiento de culpa complejo y contradictorio como ella misma, porque surge tanto de lo que hizo, como del placer que sintió al hacerlo sin experimentar culpabilidad.


La película se mueve desde el presente a la evocación de imágenes del pasado, tal como nos suele suceder a todos, cuando experiencias previas son activadas por situaciones de nuestro día a día.


Desde su silla playera, Leda observa una situación que le es familiar: una madre joven agotada y una niña que insiste en obtener su atención.


Allí se produce la primera confrontación: una mujer embarazada -Cally- le pide que se cambie de lugar para que su familia esté junta.

“Yo no tengo deseo de moverme”, fue la dura respuesta de Leda.


A pesar de ello, Cally insiste en invadir la privacidad de Leda. Le pregunta si tiene hijos, por qué no están con ella, etc., haciéndola sentir incómoda. Su personaje encarna la sanción social. Leda le dice en un momento de sinceridad: “los hijos son una responsabilidad angustiante”.


La tensión aumenta debido a una pelea entre Nina (la madre de la niña) y su esposo. En esta ocasión es Nina quien reclama atención y apoyo. El enfrentamiento a gritos provoca que la niña muerda su muñeca. Todo indica que la escena deja tan ansiosa a Leda que prefiere dormirse y desconectarse. Despierta con los gritos de los familiares buscando a Elena que había desaparecido.


En los flashbacks, la joven Leda llama a su hija Bianca, que también está perdida en una playa. En la actualidad, Leda encuentra a la hija de Nina y la trae de regreso a su familia a salvo. La familia está agradecida, pero la niña llora desconsoladamente porque perdió su muñeca. Al regresar al auto al final del día, vemos a Leda abriendo su bolso y mirando la muñeca que había robado.


De vuelta al pasado, Leda le da su muñeca preferida a su hija Bianca - quien al poco tiempo la raya y la golpea. Leda le reclama duramente y al verla dañada, fuera de control la tira por la ventana del apartamento.


Al botar la muñeca hace sentir a la hija que dañó también a la mamá, lo que pudiera dar cabida a que la hija se sintiera en el futuro responsable por el abandono de su madre.


Leda parece haber robado la muñeca sin pensarlo, motivada por múltiples factores. Por un lado ella añade un elemento que incrementa la irritabilidad de Elena y su dependencia hacia la madre. Lo que hace que la situación actual sea una replica más precisa de lo que le sucedió entre Leda y sus hijas. Además la desaparición de la muñeca hace que el terreno este más fértil para que Leda haga ver a Nina que tiene otras opciones en la vida. Nina, más sofocada aún, encuentra en Leda a la persona con la que puede hablar.


Por otro lado, al robar la muñeca Leda tiene la oportunidad de romper con la cadena de abuso de su pasado. ¿Estaría Leda repitiendo con sus hijas una dinámica que vivió con su madre? Cuando juega con la muñeca ella revive y metaboliza esas relaciones. Además le borra los rayones, la baña, le quita el agua y también una especie de gusano de su interior. Intenta sacar todo lo malo que la muñeca tenía adentro y así reparar el vinculo madre-hija.

.

Probablemente Leda también jugaba con su muñeca para elaborar la relación con su madre y por momentos reconstruirla como quería. Me pregunto si ella no podía rayar a la muñeca, o por lo menos a su muñeca preferida, porque tenía que recrear una relación madre e hija perfecta sin rayones. Será que su madre no le permitía usarla como un objeto para metabolizar sus emociones? ¿Hasta que punto Leda repite eso mismo con sus hijas?


En uno de los flashbacks de Leda la vemos jugando y siendo una madre amorosa; sin embargo, cuando ella empieza a trabajar, las hijas lloran y exigen su atención. Extenuada pierde la paciencia. La joven Leda no tiene el tiempo que necesita para dedicarse a sus aspiraciones profesionales. El padre de sus hijas (Jack Farthing) un académico ambicioso, se va de viaje de trabajo y la deja sola, a pesar de que ella le dice que no cree poder cuidar a las niñas.


Pudiéramos pensar que Leda sentía que el marido la abandonaba, dejándola sola con sus hijas y con lo que emocionalmente representa para ella el vinculo madre e hija. Las niñas eran como un espejo de sus propias necesidades infantiles no satisfechas. Leda no pudo tolerar la situación y lo que le recordaba. Las abandona dejándolas cargando con sus propias carencias y con las de la madre.

El vínculo entre Leda y el marido se va diluyendo. Joven, exhausta, frustrada y sin el apoyo del marido, empieza a alejarse de sus hijas. Los reclamos y enfrentamientos aumentan. Son escenas fuertes y dolorosas, pero comunes. Curiosamente, la película se filmó durante la pandemia, justo cuando este tipo de situaciones se incrementaron dramáticamente.


En una escena simbólica, Bianca le pide a su madre que regrese a la cuenta de tres. Y justamente Leda las abandona por tres años.


De vuelta al presente, Leda va a una tienda del pueblo a comprarle ropa a la muñeca y se encuentra con Nina, la niña y parte de la familia que están comprando una muñeca nueva. Leda le dice a Nina que no compre una nueva muñeca porque “no servirá de nada”. ¿Estaría refiriéndose al duelo y a la necesidad de afrontarlo?


Cally, le pregunta si recuerda cómo eran las cosas cuando sus hijas estaban pequeñas. Leda contesta que no recuerda mucho y, abrumada por su pasado, una vez mas se marea dando la impresión que el peso de esos recuerdos es insoportable.


Una escena del pasado muestra la llegada de una pareja de turistas que hacían senderismo. El esposo les cuenta que se escapó de su casa con la mochilera dejando a sus dos hijas con su esposa. Leda empieza a contemplar esa opción. Mientras están allí Bianca recita parte del poema La Crisis de Auten: “El frio del ala retorcida cae junto a mi cuerpo.” Se trata de una ala rota y la incapacidad de volar. Es un poema que Leda le enseñó a sus hijas y que ellas repiten en italiano sin saber que significa. Es un claro reflejo de su angustia en la búsqueda de la libertad y nos pone de frente al gran trauma que esa familia enfrenta.


Tal como los mochileros de su pasado, Leda quiere ser un factor catalizador de cambios para Nina.


Tras ver un anuncio en el que se ofrece recompensa por la muñeca, Leda decide devolverla y para ello va a la casa donde vive la familia de Nina, descubriendo que esta mantiene un romance con un chico inglés que trabaja en el pueblo. Vuelven entonces los recuerdos de aquel viaje en el que tuvo un romance con un profesor muy reconocido que admiraba su trabajo. A partir de entonces Leda empezó a viajar cada vez más, dejando de lado a su familia.


Más tarde Lile visita a Leda. Ambos hablan de la relación con sus hijos. Ella le cuenta que su hija Martha fue muy maternal y que se preocupaba de que comiera y verificaba si estaba muerta cuando dormía. Mientras Bianca, al igual que su padre, parecía querer cambiarla. Frente a la desconexión de la madre, ambas hijas utilizan estrategias diferentes: una intenta cuidarla para que se recupere y la atienda de vuelta. La otra insiste contantemente que cambie y le brinde atención.


Volviendo al presente, la intimidad entre Nina y Leda aumenta e intercambian confidencias. Nina justifica su romance diciendo que se casó muy joven y le cuenta de su agotamiento al tener que encargarse sola de su hija. Leda intenta tranquilizarla asegurándole que no la juzgará y le revela que abandonó a sus hijas y las dejó al cuidado de su exesposo y su madre para vivir con un profesor. Cuando Nina le pregunta como se sintió, Leda contesta con lágrimas en los ojos: “genial”. Es evidente que siente el peso de haber abandonado a sus hijas. En ese momento el sombrero de Nina vuela y Leda le regala un sujetador de sombreros y se lo coloca. Me pregunto que simboliza el sujetador de sombreros. ¿Acaso seria un sujetador de pensamientos para mantener la mente funcionando? ¿Esto generaría la posibilidad de reflexionar sobre las cosas en vez de actuarlas?


En la siguiente escena vemos a una Leda joven volviendo de uno de sus viajes. El ex marido sabe que tiene un amante y arrodillado le pide que no lo deje. Al no convencerla, el marido le dice que mandará a las niñas a casa de la suegra. Leda indignada y llorando grita: “se van a hundir en un negro agujero de mierda. Toda la puta mierda de la que vengo. Mi madre ni siquiera terminó la escuela”. El maltrato que Leda recibió de su madre queda aquí evidenciado.


De vuelta al presente, Nina visita a Leda y le pide las llaves de su apartamento para poder encontrarse con el chico inglés. Nina le pregunta si cree que esta haciendo lo correcto; y si esa sensación de depresión y angustia pasará alguna vez. Leda le dice que puede hacer lo que quiera, pero le asegura que esa sensación nunca se irá.


Nina quiere saber por qué regresó con sus hijas si se sintió tan genial al irse. La respuesta de Leda es categórica: “porque soy su madre y las extrañaba, soy una persona muy egoísta”.


Luego se produce la ruptura entre las hasta ahora aliadas, cuando Leda decide confesar que se robó la muñeca y se la entrega a Nina, quien reaccionó con ira al no entender que Leda fuera capaz de algo así, sabiendo lo que estaba sufriendo la niña. “Soy una madre no natural”, le contesta Leda.


Nina furiosa le devuelve las llaves coge la muñeca y la hiere en el vientre con el sujetador de sombreros y pensamientos. La escena puede ser interpretada como un simbolismo de como esos pensamientos relacionados a su maternidad la lastiman en lo más profundo de su ser y como forzadamente a pesar de rehuirles los tiene que enfrentar y elaborar.


Al día siguiente Leda sale casi sin vida del apartamento. Tira las maletas por la escalera, se mete al carro y conduce con gran dificultad. Se produce un accidente y todo queda oscuro. La película finaliza repitiendo la escena inicial: Leda camina herida hacia la orilla del mar donde se desploma.


Pareciera el fin, pero al amanecer las olas la despiertan. Llama a sus hijas y una de ellas le dice que le dejó muchos mensajes y pensó que estaba muerta. Ella contesta: “No en verdad estoy viva.”


Al final se muestra a Leda sosteniendo una naranja perfecta, y comienza a pelarla como solía hacerlo para sus hijas cuando eran más pequeñas. ¿Podría ser una señal de que está alucinando y en realidad se está muriendo? ¿O es solo una metáfora de cómo Leda se conecta con sus hijas después de todo lo que ha pasado?


Gyllenhall modifica el final de la novela. Le da un giro más surreal. De hecho la película parece seguir el modo de funcionamiento inconsciente que tiene una lógica propia, donde pasado y presente se mezclan en una narrativa no lineal. Tal como en el sueño una naranja puede aparecer de la nada. La directora nos advierte que el movimiento real de la película es el de la mente de Leda. Al igual que cuando analizamos un sueño no estamos preocupados en la lógica de sus elementos pero en su simbolismo.


Peel it like a snake. Don’t let it brake. Podemos relacionar el pedido de las niñas de que pelara la naranja sin que la cascara se partiera, con el temor que se rompiera la conexión entre ellas y su madre. La cascara puede separarse de la naranja, pero es importante que no se rompa.


Todo indica que el vínculo, pese a todas las dificultades y al abandono, no se ha roto y que los momentos felices fueron suficientes para preservar la relación.

La película toca una herida universal, ya que ninguna madre logra ser perfecta y satisfacer todas las necesidades de los hijos. Se espera que todas las mujeres tengan un instinto maternal básico, aún existe la idea de que tener hijos es el centro de su existencia, razón por la que tal vez Leda su autodenomina una madre antinatural. Seria interesante analizar porque , hoy en día, un numero cada vez mayor de personas deciden no tener hijos.


La obra saca a la luz, con una enorme carga de humanidad, esos sentimientos extremos que puede se pueden sentir en la maternidad, haciendo que las mujeres se sientan más comprendidas y menos sola.


Odio hablar con mis hijas por teléfono" le dice Leda al profesor con el que tuvo el romance y éste le contesta parafraseando a Simone Wiel: “La atención es la forma más rara y pura de generosidad”. Leda no se sintió amada por su madre y al igual que sus Hijas temía que la abandonara. Leda realizó un trabajo de elaboración doloroso y accidentado. Reabrió una herida que llevó, tal como sucede en un psicoanálisis efectivo, a digerir lo vivido dando inicio a una nueva vida.


“Siempre que intentamos suprimir la duda hay tiranía”, la frase de Simone Wiel pareciera estar en el centro de la puesta en escena de La Hija Oscura que trata de abrir un diálogo más no dar soluciones. Esto hace que la audiencia tenga que pensar y entrar en contacto con sus sentimientos y subversivamente cuestionar el status quo de ellos mismos y de la sociedad.

Resulta más interesante analizar la película desde la perspectiva de lo que sucede en la mente de Leda, porque nos hace vivir la gama de sentimientos de la gran mayoría de las mujeres. Vemos durante toda la película una Leda mareada, agarrándose o tomando agua para no caerse. Por ello, el final puede interpretarse como una metáfora de todo el proceso de elaboración mental de Leda. En esa metáfora el sujetador de sombreros con que Nina la hirió, simboliza un sujetador de pensamientos que fue clavado en sus entrañas. Se trata de recuerdos y de una culpa tan terrible, que lucha contra ellos durante toda la película hasta que finalmente la invaden, los internaliza, los elabora y les da otro sentido. Será Leda realmente una madre antinatural?



37 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page